La ansiedad y sus efectos en la salud mental
La ansiedad y la salud mental son dos temas que están íntimamente relacionados entre sí. En este artículo describiremos algunas de las posibles manifestaciones de la ansiedad, cómo las percibimos y algunas sugerencias de abordaje al respecto.
La ansiedad y la salud mental son dos temas que están íntimamente relacionados entre sí. La salud mental ha sido definida de múltiples formas por autores de diferentes culturas, los conceptos incluyen el bienestar subjetivo, la autoestima y el potencial emocional, entre otros. A continuación, describiremos algunas de las posibles manifestaciones de la ansiedad, cómo las percibimos y algunas sugerencias de abordaje al respecto.
La ansiedad
En primer lugar, podemos decir que la ansiedad es un concepto de la salud mental muy estudiado e investigado dada la dificultad de diferenciarla de otras manifestaciones similares como el miedo, el estrés y, por, sobre todo, por su confusión con la angustia. Esto se debe qué algunos aspectos relacionados a ambas conviven en la sintomatología de ciertos trastornos psíquicos, en especial, el llamado ataque de pánico.
¿Cómo distinguir la angustia de la ansiedad y cuándo considerar un ataque de pánico?
La angustia es un afecto displacentero específico. El malestar es siempre sorpresivo, brusco y repentino, se trata de una descarga de la excitación sobre el sistema cardiaco (palpitaciones, arritmia, taquicardia) y el sistema respiratorio, lo que hace que se sienta como que “falta el aire” (disnea nerviosa).
Las manifestaciones de la ansiedad consisten en una respuesta vivencial, fisiológica, conductual y cognitiva, caracterizada por un estado generalizado de alerta y activación. Regularmente se acompaña por sentimientos de tensión, pensamientos de preocupación (pensamientos negativos persistentes) intranquilidad y cambios físicos, como aumento de la presión arterial, sudoración, entre otros síntomas. Estas manifestaciones pueden ir en aumento, tanto en frecuencia e intensidad, hasta el punto en que puede resultar ingobernable para el propio sujeto, de manera que estaríamos ante un cuadro de ataque de pánico o crisis de angustia.
Ante la pregunta frecuente de si en los niños también se puede manifestar algún tipo de cuadro de ansiedad, la respuesta es sí; pero, la manifestación de la ansiedad en los niños puede ser diferente a la de los adolescentes y adultos. Los niños la manifiestan, por ejemplo: “portándose mal” y no quedándose quietos, lo que puede ser diagnosticado erróneamente como hiperactividad, o, por el contrario, considerados “niños modelos” (sumisos, obedientes, etc.) desde ciertas expectativas de algún adulto significativo. Esta conducta podría encubrir algún tipo de sufrimiento con la dificultad de poder recibir ayuda.
Pero se debe tener siempre presente que cada caso es cada caso y no se debe generalizar. Respecto a los niños hay que tener en cuenta otros factores, tampoco patologizar una conducta.
¿Cómo actuar ante una preocupación irracional que deriva a ansiedad?
En el caso de una persona adulta, por lo general esta es consciente de su situación emocional, de que la preocupación que siente es irracional, pero la misma es intrusiva y real, es decir, estas sensaciones ejercen una fuerte influencia sobre su conducta. Pueden ser activadas por motivos externos, aunque también pueden ser movilizadas internamente a través de la imaginación o la fantasía.
En cuanto a qué hacer, qué sugerir, cómo abordar estas manifestaciones sintomáticas, dependerá de cada profesional, de su marco teórico y por ende de la técnica. Existen variadas técnicas recomendadas o sugeridas que podemos leer en diferentes fuentes teóricas, psicológicas o no, científicas o no, con el fin de influir sobre el síntoma, como la técnica de respiración y la recomendación de actividad física, en especial la caminata. Además, algunas personas prefieren recurrir, o se les recomienda, la terapia farmacológica, que, si bien puede representar una ayuda, no solucionan realmente.
Es importante considerar que, si la ansiedad es de elevada intensidad, desproporcionada con respecto al estímulo o situación desencadenadora, frecuente y de larga duración, y ocasiona mucho sufrimiento y alta disfuncionalidad en la vida, entonces es una respuesta de ansiedad patológica. Cuando se habla de ansiedad patológica, se debe considerar como síntoma relacionado con ciertos trastornos neuróticos y también trastornos psicóticos. Lo más recomendable es acudir a una consulta con un profesional de salud mental buscando las causas que lo provocan.
Conclusión
Tanto la ansiedad como la angustia son manifestaciones emocionales y afectivas inherentes a todo ser hablante.
La ansiedad puede manifestarse de diversas formas, puede ser un elemento característico de algún trastorno o bien, ser una respuesta a situaciones estresantes. Su abordaje va a depender de la corriente psicológica en la que está formado cada profesional.
Desde el psicoanálisis, el sujeto solo es pensable dentro de lo histórico-social, se valoriza lo inconsciente, tratando de analizar y descifrar el sentido de los síntomas a través del discurso del paciente, discurso que trasciende lo puramente verbal. Se trata de una intervención que posibilita la mirada sobre el sujeto que la padece y que no solo está enfocada en síntomas; con el fin de ayudar al paciente a entender su conflicto y a lograr una mayor calidad de vida tanto a corto como a mediano o largo plazo.
Redactado por la Lic. Ermelia Siemens Cáceres, Prestadora, Psicología.
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